sábado, 20 de diciembre de 2008

12º.- L a P az



L A P A Z

22 de octubre de 2008

El recorrido en autobús desde Copacabana hasta La Paz tuvo su sorpresa, practicamente a mitad de camino y a la altura del pueblo de San Pablo de Tiquina hay que cruzar el lago Titicaca.
Nosotros fuimos en unas lanchas.



Y el autobus así...




Barcazas en el Lago Titicaca



A las 17:30 h. llegábamos a la misma sede del gobierno de Bolivia, la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, con sus casi dos millones de habitantes y una altitud de 3.640 m. Teníamos la dirección de un hotel cercano y no muy caro así que, mochilas al hombro y, a investigar.



Vistas de La Paz desde El Alto


Esta vez no tuvimos suerte y como ya nos ha pasado en varias ocasiones el hotel dejaba mucho que desear, en este caso era el Sagárnaga, en la calle del mismo nombre. Así que tocaba mudanza al dia siguiente. Mereció la pena, justo al lado del hotel habia un hostal mucho mejor, el "Alem", más barato, más acogedor y más limpio.

Casualmente estábamos alojados en la zona artesanal de la ciudad, a pocas cuadras de la calle de Las Brujas; empinada y estrecha, en la que las curanderas ofrecen todo tipo de raices, tallos, hojas, flores, etc., todo para curar cualquier tipo de mal. Los nombres de las plantas en aymara tienen un sonido peculiar, chijchipan, curucuru, huirahuira.


Con las rodajas de este cáctus se dan friegas en pecho y espalda cuando hay problemas de bronquios.



Uno de los pájaros que más nos ha impresionado de todos los que hemos visto hasta ahora es el tucán, aparte de su plumaje espectacular, lo más característico en él es su gran y ligero pico. Es un animal muy sociable y de muy lenta reproducción. Al tener gran cantidad de depredadores, el tucán está casi en peligro de extinción.





Tucán


Lo triste es reconocer que la mayoria de estos depredadores se encuentran en la misma calle de Las Brujas.







El pico del tucán se raspa y este polvo se le da sobretodo a los niños recién nacidos que están débiles. Es cierto que la mortalidad infantil es muy elevada en estos paises, pero duele cuando se desearía que utilizasen otros remedios para estos casos, remedios a base de plantas como de las que hablábamos anteriormente.

Continuamos el paseo y palpamos la superstición en cualquier esquina de esta calle.




La Pachamama es la Tierra en su sentido más profundo, es aquella que provee al hombre de todas sus necesidades y le cobija, aquella que le proporciona fecundidad y fertilidad. En tiempos ancestrales quechuas, aymaras y otras etnias agrícolas de la región andina sacrificaban los fetos de los camélidos (llamas, alpacas...) y derramaban su sangre sobre la tierra para tener una buena cosecha.

Hoy en dia se siguen practicando este tipo de ofrendas.




Fetos de llamas


Uno de los instrumentos más típicos del altiplano andino es la zampoña, esta flauta pánica ( en honor al dios Pan), formada por cañas cerradas en su extremo inferior y atadas entre sí como una balsa, se utilizaba antiguamente en ceremonias religiosas.





Chico tocando la zampoña





Así son los autobuses en La Paz


Y en esta ciudad, podemos asegurar que tendríamos que estar pasándolo realmente mal para aceptar un trabajo de electricista, porque descubrir en este entramado de cables una avería es como buscar una aguja en un pajar.



Esto es en cualquier calle de la ciudad

Después de un par de dias de asfalto echábamos de menos algo más de espacio a nuestro alrededor, y qué mejor para disfrutar de él de encaramarse a la cumbre de Chacaltaya, a 30 km. de la urbe y con 5.400 m. de altitud.

Esta montaña es conocida por ser la estación de esquí más alta del mundo aunque en los últimos años está perdiendo mucha nieve debido al calentamiento global.



Refugio de Raúl Polansky, 5.300 m.

Subida desde el refugio a la cumbre

Nos sentimos muy orgullosos al llegar a la cumbre con nuestros compañeros de montaña checoslovacos. No resultaba nada fácil la subida en esas alturas, pero lo hicimos. Olé!!

Chacaltaya, 5.400 m.

Al bajar nuevamente a la ciudad teníamos que pasar por El Alto, y en algunas de sus calles nos encontramos con muñecos de trapo colgados de las farolas, el guía nos explicó que los colocan así como advertencia para los ladrones. Se han dado varios casos de linchamientos por parte de los vecinos de esta zona a ladrones que han pillado "in fraganti" , robando en sus casas, la historia está en que ha habido ya más de un muerto debido a estas palizas públicas y, es que la policia no siempre llega a tiempo.



¡ Es una imágen muy desagradable!

La excursión aún no había terminado, aún nos quedaba visitar el Valle de la Luna, una gran montaña de arcilla erosionada con el paso de los siglos y que ha pasado a formar un paisaje de estalagmitas de formas caprichosas.







Guarda del Valle de vigilancia


Valle de la Luna, final del trayecto

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